El aceite de oliva protege contra las infecciones
Uno de los elementos de la dieta mediterránea más reconocido internacionalmente es el aceite de oliva. Este producto es un ingrediente básico en nuestra dieta, cuyo uso y combinaciones han sido transmitidos de generación en generación. Sin embargo, durante los últimos años, con la globalización y la irrupción masiva de locales de comida rápida, la dieta mediterránea brilla, a veces, por su ausencia. Sobre todo en el caso del aceite. Este se encuentra con un problema añadido, y es que el consumo de grasas ha sido poco a poco desechado del menú por aportar más calorías que otros alimentos.
Si bien es verdad que es una herramienta que hay que manejar con mesura, lo cierto es que aporta multitud de beneficios al organismo. Como por ejemplo, un último estudio realizado por la Universidad de Jaén concluyó que el aceite de oliva ofrecía mayores efectos protectores frente a las infecciones que otro tipo de grasas. Para llegar a esta afirmación, los investigadores proporcionaron tres tipos de grasas diferentes a ratones durante un mes (un tiempo bastante signficativo teniendo en cuenta que no viven más de dos años). Al someterles a una bacteria infecciosa, los primeros en caer fueron los que habían consumido aceite de pescado, después el vegetal, y por último, los que tomaron aceite de oliva salieron airosos de la infección.
Los científicos advierten que esta diferencia podría deberse a que el aceite de pescado provoca una sobre-estimulación de las células defensivas, repercutiendo negativamente sobre la salud. Por el contrario, el de oliva tenía consecuencias positivas sobre el sistema inmunológico, consiguiendo una defensa más efectiva frente a las infecciones.
Como ya hemos explicado en otras entradas, el aceite de oliva contiene un alto contenido de grasas monoinsaturadas, necesarias y beneficiosas para nuestro organismo. Además, el ácido oleico presente en él, también ha sido relacionado con la prevención y el tratamiento del cáncer de mama, ya que podría reducir uno de los oncógenos asociados a los tumores más agresivos, según afirman científicos de la Universidad de Northwestern.
Todo esto, unido al hecho de que facilita la absorción de calcio, aporta altas dosis de vitamina E, previene enfermedades como la diabetes y presenta efectos antiinflamatorios, hace que tengamos bastantes motivos para que el aceite de oliva esté presente en nuestras comidas. Eso sí, usado con moderación (por su gran aporte calórico) y mucho mejor en crudo, para que no pierda sus propiedades.
[small]Foto: Anvica[/small]
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