Correr y meditar, review del libro
«Correr y meditar» ha dormido a mi lado más tiempo del que esperaba. Y es que para mí los libros son como los amantes, que acompañan por las noches o a tomar algo por ahí y a veces trato de que se queden un poquito más a mi lado porque disfruto mucho de su compañía. Me aportan más de lo que esperaba. Este fue el caso.
El título, al igual que la portada del libro, es muy simple. La lectura, amena. A pesar de que puedes llegar a pensar que la temática encierra una visión muy espiritual y profunda del acto de correr, creo que está dirigido para que lo comprenda cualquier persona que jamás ha tenido en sus manos una lectura de esta temática.
Para entrar en materia, el libro está escrito por Sakyong Mipham Rimpoché, un alto lama del budismo tibetano que corre maratones. Con su conocimiento como representante espiritual y como atleta popular, Rinpcohe divide su obra en diferentes apartados que van desde cómo meditar, a cómo conseguir la motivación y cuáles son las fases por las que pasa una persona que se inicia en una de estas dos actividades: correr y/o meditar.
La explicación de cada una de las fases fue, sin lugar a dudas, la más divertida para mí. Y aquí hago ya un poco de spoiler.
El primer estado por el que pasan tanto quienes se inician en el mundo del running como en el de la meditación es el del tigre. Aquí es donde introduce un concepto que está muy en voga: el mindfulnes.
Hay quien se refiere al mindfulnes como una forma cool de meditación, pero que al fin y al cabo es distinto. Para Rimpoché no es así, aunque no lo diga de forma explícita en el libro. Y es que el mindfulnes lo traduce como atención plena. Y dice:
“Presta atención a las incómodas sensaciones del principio, forma parte de la atención plena».
“Respetar la manera en la que te sientes mientras corres te permite apreciar quién eres en la vida que vives”.
¿Quién no se ha quejado al principio de los dolores que surgen al correr? Pues lo mismo pasa con meditar, que de tratar de mantenerte en una misma posición, quieta, durante un rato, empiezas a notar incomodidad en todas partes, que te pica la nariz, y luego el brazo y…
Todo esto normal, forma parte del proceso. Al igual que la motivación y el entusiasmo.
Lo cierto es que se han escrito infinidad de artículos cuyo objetivo es que te muevas del sofá y que no pierdas las ganas. Ya sabes cuál es mi opinión al respecto, la motivación es una ilusión, es una excusa que tenemos tanto para cuando está a nuestro favor como cuando no lo está al desaparecer. Debemos entrenar la disciplina, aunque la visión de Rimpoché no estan radical:
“La premisa de la motivación es que no tiene límites”.
Aquí no estoy del todo de acuerdo, querido Rimpoché.
Sin embargo, uno de los apartado donde más he cogido notas es el que nos enseña a adaptarnos a las circunstancias. Ahora, en tiempos en los que todo cambia a ritmos frenéticos, estas lecciones son de vital importancia y de todas extraigo una que es oro:
“Los obstáculos hacen que las cosas sigan siendo interesantes”.
Es genial recordar esto. Ayuda a darle una vuelta a los problemas, a recordarnos que si correr 10 kilómetros (o más) no te supusiera un reto, no tendría tanto sentido hacerlo. Ahora bien, hay muchas formas de abordar los problemas o los desafíos que se nos plantean delante.
Soy de las que piensan que da igual lo que eres capaz de hacer o haces, lo importante siempre es el cómo. Es lo determinante y Rimpoché no se ha olvidado de las formas:
«Con agresividad puedes lograr algunas cosas, pero con delicadeza puedes conseguirlo todo. (…) Es como el agua: acaba alcanzado su destino”.
La determinación es uno de los valores más importantes para mí, sino el que más. Los deportistas, aficionados o profesionales, son personas con determinación, pero resulta de gran importancia no maltratarse, no caer en la agresividad y por eso, pensar en hacer las cosas con delicadeza para llegar donde queremos.
Y así, el libro de «Correr y meditar» toca en sus diferentes capítulos cada uno de los aspectos más vitales del ser humano y que lógicamente encierra un coredor o un meditador. De estos aspectos, hay algunos en los que indaga bastante (aumentar el rendimiento, tener confianza, ser feliz o sentirte orgullo) y en otros es verdad que te quedas un poco con ganas de más.
Sin embargo, me reitero: es un libro que recomiendo a todo aquel que, siendo corredor principiante o experimentado, tiene sospechas de que la meditación puede aportarles algo o que poner un pie delante del otro es una forma de desarrollo personal y no solo de desarrollo puramente físico. También en caso inverso: meditadores que han fantaseado con correr.
A mí me ha ayudado a afrontar mis carreras de otra manera, sobre todo cuando toca tirada larga. También he hecho un cambio que me ha costado: empezar a correr sin música. De hecho en el libro dice:
“La música puede utilizarse para camuflar nuestra sesión. Es una fuente de distracción, cuestiona nuestra capacidad de estar presentes”.
Si te animas a leerlo, me encantará saber qué te ha parecido, ¿me lo cuentas en los comentarios? 🙂
2 Comments
Jonas
“Los obstáculos hacen que las cosas sigan siendo interesantes”. Me parece muy buena motivación.
Me puedes recomendar otros libros parecidos?
Saludos,
Jonas
Sarah Santiago
Hola, Jonas 🙂 Pues parecido a ese, que combine el deporte con la parte espiritual, no he encontrado ninguno. Pero que te motive con afirmaciones como la que has destacado te recomiendo este: https://fitnesstoshine.com/lecciones-el-arte-de-que-casi-todo-te-importe-una-mierda-libro/
¡Saludos!