¿Comer o no comer semillas de chía?
Esta es la segunda parte de uno de los artículos más visitados y comentados de la web: «Superalimentos: ¿Por qué no merece la pena comprar semillas de chía?. Desde que se publicó en el 2014, he comprobado que las semillas de chía generan controversía.
Por un lado, están los que piensan que estamos ante otro alimento caro, al que etiquetan como “superalimento” para justificar su elevado precio a través de propiedades que aparentemente no encontramos en alimentos “ordinarios”. Este es el enfoque que tiene el anterior artículo al que hago referencia.
Por otro lado, y de forma más habitual, me llegan lectores que me comentan que todo lo que cuento de las semillas de chía es mentira, que debería informarme mejor para hablar de esa manera de este alimento…
Pues bien, en realidad no tengo nada en contra de su consumo, de la misma manera que no tengo nada en contra del consumo de ningún otro alimento saludable. Así que voy a enfocar este artículo en por qué sí consumir semillas de chía dejando claro qué es lo que no me gusta de este alimento.
El problema de las semillas de chía es su marketing
Lo que ocurre con las semillas de chía es lo que ocurre con cualquier “superalimento” que se comercializa con propiedades excepcionales.
En la mayoría de los casos, por no decir en todos, faltan investigaciones concluyentes que respalden que los llamados “superalimentos” tengan esas excepcionales propiedades de las que presumen quienes lo venden o consumen.
Habitualmente me encuentro con personas que se acercan a un supermercado para comprar un producto en concreto porque creen que obtendrán las propiedades que les va a resolver un problema de salud. Sin duda, la publicidad hace bien su trabajo cuando esto sucede y no hay más que hacer una búsqueda en Google para comprobarlo.
Haz la prueba: teclea en Google “semillas de chía”. En mi caso puedo leer en los tres primeros resultados cosas como estos:
La captura sacada de una web dedicada a las semillas de chía, donde utilizan las declaraciones de un famoso ultramaratoniano para que pienses que una cucharada al día de chía es como comer todo eso, de locos….
Esta otra captura corresponde al segundo resultado que encuentro cuando busco semillas de chía. Se trata del índice del artículo y en el se deja entrever que las semillas de chía son un alimento que de no consumirlo te replanteas tu vida entera.
Por suerte, en el tercer resultado que encuentro arroja más cordura:
La otra lección que podemos sacar de esto es que no nos podemos fiar de lo primero que encontramos por Internet, pero eso ya es otra historia.
Come semillas de chía porque te gustan
Entonces, ¿consumir o no consumir semillas de chía? Si te gustan, por supuesto que sí.
Que nadie se sorprenda. De vez en cuando, yo misma echo semillas de chía al yogurt o a la fruta, pero no con la intención de reducir mi ansiedad o de mejorar mi tránsito intestinal, sino como un complemento más de mi dieta.
En caso de que sufriera problemas intestinales o de ansiedad, estos no se arreglarían comiendo semillas de chía. Tendría que revisar mi alimentación al completo y visitar a un profesional sanitario para ponerle solución.
Posiblemente haya quien cuente que desde que empezó a comer semillas de chía va mejor al baño o sufre menos atracones. Pero no nos podemos dejar llevar por opiniones a las que yo llamo “amifuncionismo”.
Debemos pensar en incorporar el mayor número posible de alimentos saludables en nuestra dieta porque el conjunto de todos ellos y el consumirlos de forma constante es lo que nos hace tener salud, evitando en la medida de lo posible los ultraprocesados y productos que no nos aportan ningún valor a nivel nutricional.
Ahora dime: ¿consumes semillas de chía? Si es así, ¿por qué lo haces? 🙂
Foto de Brenda Godinez para Unsplash
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