¿A todos nos hace feliz una vida saludable?
Érase una vez un mono que vio un pez en el agua y lo sacó pensando que le salvaba la vida. El pez murió. Qué importante es entender el mundo del otro.
Este es uno de mis microcuentos favoritos y más en estos tiempos que se habla continuamente de los beneficios de llevar una vida saludable. Y por supuesto, me incluyo entre las personas que introduce “la felicidad” entre esos beneficios. Era de las que creía que una persona que ha permanecido en el sedentarismo toda su vida y alimentándose sin mucha conciencia podía ser feliz (o más feliz) si cambiara pequeños hábitos en su vida para moverse y nutrirse mejor. Y la verdad es que lo sigo creyéndolo, pero no por el hecho mismo de llevar una vida saludable, sino por sus últimas consecuencias, y me explico.
Una vida saludable no es igual a felicidad
La felicidad es un estado muy subjetivo e inconstante. Por una parte, es posible que las cosas que yo hago por ser feliz no le hagan feliz a mi vecino, y por otra, nos han vendido que se alcanza la felicidad como si fuera un hito o una meta en nuestra vida, pero lo cierto es que se es feliz en pequeñas dosis, hay momentos del día en que somos felices, otros no; hay semanas en las que somos super felices todo el tiempo, tal vez porque estamos de vacaciones; y hay temporadas que podríamos decir que la felicidad son los padres.
[big-text align=»alignleft»]Nos han vendido que se alcanza la felicidad como si fuera un hito en nuestra vida, pero lo cierto es que se es feliz en pequeñas dosis[/big-text]Esto, por supuesto, no se basa en ninguna escuela de psicología ni nada de eso, son teorías mías para afirmar de que una vida saludable no es igual a felicidad. Muchas personas que entrenan o empiezan a alimentarse de una manera concreta lo hacen por el resultado. La mayoría de las veces, cuadrar una agenda laboral y familiar para entrenar o madrugar prontísimo para atarte las zapatillas se considera un sacrificio que puede tener su recompensa inmediata (esa sensación de haber cumplido justo después de entrenar) o a largo plazo (resultados físicos y de salud).
Pero también hay personas que son perfectamente felices sin nada de esto en sus vidas. ¿Significa eso que no saben apreciar los beneficios de una vida saludable? Diría que no. Solo significa que cada uno concibe su mundo como quiere y en el fondo cada uno sabe cómo es feliz realmente.
[big-text]En el fondo cada uno sabe cómo es feliz realmente[/big-text]Y por supuesto, el pensar así no tiene nada que ver con los problemas de sedentarismo u obesidad que a día de hoy colman las estadísticas. Aunque estos problemas de salud están muy relacionados con la falta de educación alimenticia y deportiva de los niños y jóvenes, todos sabemos que el deporte y una determinada alimentación (que no detallaré cómo es porque más o menos todos lo sabemos) es sinónimo de salud, pero yo añado: no de felicidad.
Cómo afrontar una vida saludable
[big-text align=»alignleft»]Ponemos etiquetas de “esto sí” y “esto no” e incluso leemos claves para “ser más feliz” cuando rara vez nos hemos parado a preguntarnos “Cómo soy feliz”[/big-text]No hace mucho me preguntó una persona: Y si yo no soy feliz comiendo bien, ¿y si me hace feliz tomarme un vino con chuletones siempre que puedo? A lo que yo le respondí: ¡Pues no pasa nada! Ya es un paso tenerlo claro.
Hay mucha gente que se apunta a la moda de la comida sana, o busca los mismos resultados que sus ídolos y por eso empieza a hacer lo mismo que ellos. Esas personas no son ellas mismas, buscan hacer lo que marcan las revistas como “tendencia” o verse como otras personas. Hoy en día no se valora tanto lo auténtico como “lo que se lleva”. Ponemos etiquetas de “esto sí” y “esto no” e incluso leemos claves para “ser más feliz” cuando rara vez nos hemos parado a preguntarnos “Cómo soy feliz”. Pues a lo mejor dedicando todo tu tiempo libre al deporte, o a lo mejor comiendo chuletones y copas de vino siempre que puedas.
A lo mejor, ni una cosa ni la otra. Pero todo tiene sus consecuencias.
Nadie que lleva una vida saludable tiene garantías de que vaya a disfrutar más de la vida por el simple hecho de que cuida su cuerpo. Me refiero a ser más longevo, no padecer enfermedades o padecer las menos posibles. Siempre sale algún caso de persona deportista que padeció algún tipo de cáncer o sufrió un ictus cuando ambas enfermedades están relacionadas con la obesidad, tabaquismo, sedentarismo, etc…
[big-text]Nadie que lleva una vida saludable tiene garantías de que vaya a disfrutar más de la vida por el simple hecho de que cuida su cuerpo[/big-text]Tampoco hay garantías de enfermedad el hecho llevar una vida de fumador, de deporte de vez en cuando y “comer de todo” (cuando digo de todo, es de todo), pero es un juego de probabilidades y hay quien diría de suerte: es probable que enfermes antes o peor si no asumes que moverse y alimentarte saludablemente debe formar parte de tu vida. Y cuando enfermamos es cuando pagaríamos y haríamos lo que hiciera falta para acabar con el sufrimiento.
No, no a todos les hace feliz una vida saludable, por eso, para que nuestra felicidad no dependa de una enfermedad debemos afrontar una vida saludable como una obligación. Puedes pensar que tú no eres feliz entrenando 3 veces por semana y comiendo mucho verde, pero debes asumir que es probable que el cuerpo responda con el mismo trato que le das. Al final, seremos felices cuanto más y mejor disfrutemos de nuestras vidas, esta es precisamente la consecuencia última de la que hablaba al principio y que se consigue solo cuidándonos a través de movernos y nutrirnos.
Por último, os dejo con una frase José Mujica (ex-presidente de Uruguay) que pronunció en una de sus últimas entrevistas en la televisión y que creo que deberíamos aplicarnos todos, los que amamos una vida saludable y los que no: «No tengo que estar de acuerdo, tengo que respetar«.
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